
Luis Alberto Cristobal y Alejandro Banchio en la Cape Epic 2015. 4ª Etapa
A veces, en la vida nos ocurren situaciones que marcan el resto de nuestros dÃas, desgracias o sucesos que nos hielan la sangre, dejando en nuestra memoria una marca, una muesca que tarda millones de segundos en ser mÃnimamente difuminada de nuestros recuerdos, quedando siempre una marca imaginaria que ya nos acompañará el resto de nuestros dÃas, sin que nada podamos hacer para evitarlo.

Alejandro Banchio en la Cape Epic 2015. 4ª Etapa
De vez en cuando, una vez pasado cierto tiempo, las creemos superadas y olvidadas, pero basta el simple devenir de la vida para volverlas a situar delante de nosotros caprichosamente y entonces, nos damos cuenta de lo inmensamente frágiles que somos…
Algo asà le pasó al equipo Team CANSA Tarraco 4 de Alejandro Banchio y Luis Alberto Cristóbal. Nos apropiamos parcialmente del texto de lo ocurrido en la 5ª etapa de la Cape Epic, escrito por el propio Alejandro en su blog, no tiene desperdicio…
Y dice asÃ:
Pistoletazo de salida. Empezamos a rodar y después de salir del recinto y de dar una curva veo un coche médico a la derecha. Algo normal, están por todas partes pienso. Según me acerco veo un corredor con las manos en la cabeza, miro al suelo y veo a su compañero siendo reanimado de una parada cardÃaca por los médicos. Masaje cardiovascular, respiración boca a boca… Se me hace un nudo en la garganta. Lo primero que me viene a la cabeza es el recuerdo de mi Padre que murió de un infarto y estos dÃas se cumplen 12 años desde que faltó. Se me cae una lágrima. Me alejo un poco de Luis porque es muy sentimental y no quiero que me vea asÃ. Sé que estará afectado asà que me reconpongo porque desde que nos acerquemos sé que habrá tragedia. Rodamos por asfalto unos 7 km en fila. Se me acerca Luis. Bufff…. Esto pinta mal, está desencajado y me suelta la bomba. Que lleva llorando desde que vió al hombre en el suelo y que se retira. Le digo que no se precipite, que se mueren millones de personas al dÃa y que no se retira. Me dice que no, que me olvide, le digo que me acompañe al primer avituallamiento y lo vamos hablando. Miro mi Garmin y vamos por el km 8 y nos quedan 32 km… Me dice que no lo intente, que ya ha pensado en todo lo que le estoy diciendo y que se va. Termina el asfalto y arranca una subida de tierra a la izquierda. Nos paramos a la derecha un rato y lo vuelvo a intentar, no hay manera, está cerrado en banda. Nos damos un abrazo y acabamos los dos llorando. En 4 minutos nos ha cambiado todo el plan, de todo…
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